En una épica batalla que se extendió hasta tiempo extra, los Kansas City Chiefs se consagraron como bicampeones de la NFL al vencer a los San Francisco 49ers con un emocionante marcador de 25-22 en el Super Bowl LVIII.
Este enfrentamiento, que mantuvo a los aficionados al borde de sus asientos, marcó el segundo Super Bowl de la historia decidido en tiempo extra.
El juego comenzó sin movimientos en el marcador en el primer cuarto, algo que no ocurría desde el Super Bowl de 2019.
Los Chiefs rompieron su sequía de puntos en el segundo cuarto con un gol de campo histórico de 55 yardas de Jake Moody. Sin embargo, los 49ers respondieron con una jugada magistral que llevó a Christian McCaffrey a las diagonales, aumentando la ventaja a 10-0.
La tensión creció cuando Patrick Mahomes y los Chiefs anotaron justo antes del medio tiempo con un gol de campo de 28 yardas. A pesar de estar abajo por dos dígitos, Mahomes mostró su resiliencia, algo que ya había experimentado en Super Bowls anteriores.
Tras el espectáculo de medio tiempo protagonizado por Usher, los Chiefs lograron remontar con un gol de campo de 57 yardas, superando el récord establecido momentos antes por Moody.
Un giro crucial ocurrió cuando un error de los 49ers permitió a los Chiefs tomar la delantera con un pase de touchdown de 16 yardas de Mahomes a Marquez Valdes-Scantling.
Aunque los 49ers recuperaron la ventaja en el último cuarto, los Chiefs empataron con otro gol de campo de Harrison Butker.
El tiempo extra llevó a momentos de pura intensidad, con Jake Moody y Butker intercambiando goles de campo.
Finalmente, Patrick Mahomes conectó un pase de touchdown de 3 yardas a Mecole Hardman para sellar la victoria de los Chiefs.
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